A España le gusta la melva
Iban dos compas viajando por una carretera cuando de pronto, encontraron a un motorista tirado en el arcén. Tras ver qué pasaba, el más espabilao de los dos decide ir a buscar ayuda dejando a su colega cuidando del motorista. Antes de irse, le dijo a su colega "Lo mejor es que no hagas nada y esperes a que yo llegue. Puedes arroparlo para que no pase frío, hacerle el boca a boca, pero lo más importante es que no le quites el casco". Pasadas unas horas vuelve con ayuda y se encuentra al colega dándole por culo al motorista, eso sí con el casco puesto:
-¿Qué coño haces? -Le pregunta.
- Illo que me he liao, me liao. - le responde.
Este chiste que es bastante antiguo, pero no sé por qué, después de ver el lamentable espectáculo que vimos anteayer en el Congreso, se me vino a la cabeza. Si alguno de nosotros hubiera estado en coma desde que empezó la crisis y hubiera despertado justo ayer, con un 100 % de probabilidad hubiera pensado que somos gilipollas, pero no gilipollas normales, sino gilipollas del culo. No digo como personas, sino como sociedad. En serio, no tenemos arreglo y es porque no podemos aprender, como sociedad, porque somos impermeables al conocimiento. Y tristemente es lo que pensamos muchos aunque no hayamos estado en coma, y ahora que cada uno saque su retahíla, su argumentario, o su calmante vitaminado para justificar este esperpento.
Que pensemos que es bueno para España que gobierne Rajoy, es como para no dirigirle la palabra al que lo diga, no porque seas de derechas o de centro o de donde te salga del nabo, sino porque hemos puesto de presidente a un ladrón, o a un mongolo que no ha visto la mierda de su partido en años, un tío que ha perdido la pasta de un rescate a los bancos y justifica que echen a la gente a la calle por no pagar sus hipotecas.
¿Te acuerdas cuando estudiabas en el instituto la Edad Media y pensabas “qué gilipollas eran estos” como se dejaban avasallar? Pues el día que los alumnos estudien esta fase histórica pensarán "¡Mira! Y estos justifican el abuso mejor que los abusadores". Si nos analizáramos psicológicamente como sociedad, seríamos sin duda diagnosticados como masoquistas, nos gustan que nos den, nos provoca placer, pero nunca lo vamos a reconocer en público como tampoco lo haría un masoquista.
Y lo peor es que el único argumento que nos queda como sociedad para explicar esto es “es bueno para España” así de simple, así de tonto. Nos hemos liao.
-¿Qué coño haces? -Le pregunta.
- Illo que me he liao, me liao. - le responde.
De haber despertado de un coma hoy tras años de crisis pensaría que somos gilipollas. Somos impermeables al conocimiento
Este chiste que es bastante antiguo, pero no sé por qué, después de ver el lamentable espectáculo que vimos anteayer en el Congreso, se me vino a la cabeza. Si alguno de nosotros hubiera estado en coma desde que empezó la crisis y hubiera despertado justo ayer, con un 100 % de probabilidad hubiera pensado que somos gilipollas, pero no gilipollas normales, sino gilipollas del culo. No digo como personas, sino como sociedad. En serio, no tenemos arreglo y es porque no podemos aprender, como sociedad, porque somos impermeables al conocimiento. Y tristemente es lo que pensamos muchos aunque no hayamos estado en coma, y ahora que cada uno saque su retahíla, su argumentario, o su calmante vitaminado para justificar este esperpento.
Que pensemos que es bueno para España que gobierne Rajoy, es como para no dirigirle la palabra al que lo diga, no porque seas de derechas o de centro o de donde te salga del nabo, sino porque hemos puesto de presidente a un ladrón, o a un mongolo que no ha visto la mierda de su partido en años, un tío que ha perdido la pasta de un rescate a los bancos y justifica que echen a la gente a la calle por no pagar sus hipotecas.
¿Te acuerdas cuando estudiabas en el instituto la Edad Media y pensabas “qué gilipollas eran estos” como se dejaban avasallar? Pues el día que los alumnos estudien esta fase histórica pensarán "¡Mira! Y estos justifican el abuso mejor que los abusadores". Si nos analizáramos psicológicamente como sociedad, seríamos sin duda diagnosticados como masoquistas, nos gustan que nos den, nos provoca placer, pero nunca lo vamos a reconocer en público como tampoco lo haría un masoquista.
Y lo peor es que el único argumento que nos queda como sociedad para explicar esto es “es bueno para España” así de simple, así de tonto. Nos hemos liao.
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