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Stephen Hawking, el físico que caminó a oscuras para conocer la oscuridad del cosmos

OFF JOKES

Nació justo 300 años después de la muerte de Galileo Galilei, y nos dejó justo el día del nacimiento de Albert Einstein.
También hoy 14 de marzo es el día del número Pi (3,14) 

El físico británico Stephen Hawking murió durante la noche del miércoles en su casa en Cambridge, a los 76 años. Hawking, uno de los más prestigiosos nombres de la ciencia, revolucionó los estudios sobre los agujeros negros, nunca dejando de indagar sobre el origen del Universo, desafiando a la vez los propios límites de la vida humana.



A los 21 años, se le dijo que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig) y que tendría menos de tres años de vida por delante. La enfermedad vino a afectarlo gradualmente, hasta el punto de permitirle moverse poco más que un dedo y los ojos, pero el físico fue capaz de sentenciar el diagnóstico pesimista: con la ayuda de una silla de ruedas y de un sintetizador de voz, casi cinco décadas ha sido el tiempo de vida que le era dado.

“Vivo bajo el espectro de una muerte inminente durante los últimos 49 años. No tengo miedo de la muerte, pero no tengo prisa de morir. Hay tanto que quiero hacer primero” dijo el Guardián en 2011, rechazando la idea de una vida después de la muerte “es una historia de hadas para la gente tenga miedo a la oscuridad”.

Stephen Hawking nació en Oxford el 8 de enero de 1942 – precisamente 300 años después de la muerte de Galileo Galilei, como le gustaba mencionar – y murió el 14 de marzo de este año – el día del nacimiento de Albert Einstein, que es también el día de Pi (3,14).

“Estamos profundamente entristecidos por la muerte de nuestro padre”, se lee en un comunicado firmado por Lucy, Robert y Tim Hawking, hijos del científico y divulgador esta madrugada. “Fue un gran científico y un hombre extraordinario cuya obra y legado será sobrevivir durante muchos años”.

Stephen Hawking manifestándose contra la guerra de Vietnam en 1969


Una vida dedicada a los misteriosos agujeros negros


Hawking dedicó su vida tratando de deslindar los misterios del Universo, buscando conocer sus mecanismos y la forma en que todo empezó. Su objetivo, decía, era “simple”: quería “un entendimiento completo del Universo, de la razón por la cual existe siquiera”. Se destacó por su trabajo en astrofísica, especialmente en el campo de los agujeros negros y la relatividad, así como para la divulgación científica.

“Creo que la raza humana no tiene futuro si no va al espacio”, dijo.

“Creo que la vida en la Tierra corre un riesgo cada vez mayor de ser aniquilada por un desastre como el calentamiento global repentino, la guerra nuclear, un virus genéticamente modificado u otros peligros”.

Su enfermedad en un pronóstico imposible


Tengo que aprovechar la triste marcha de Stephen Hawking para mencionar la enfermedad que padeció gran parte de su vida, para aquellos que lo desconozcan.

Hawking sufría una enfermedad llamada ALS, Amyotrophic Lateral Sclerosis; ELA en castellano, Esclerosis Lateral Amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa cada vez más frecuente y de la que a pesar de las investigaciones logradas, queda muchísimo por hacer. El pronóstico de vida para hombres y mujeres que la padecen es estremecedoramente corto, pero Hawking, en un caso inigualable, se ha mantenido vivo durante los últimos 56 años de su vida, algo realmente tan difícil de entender como sus teorías del universo.

Es necesaria una apuesta seria de investigación médica, con una financiación contundente, una concienciación como la de otras tantas enfermedades, un apoyo económico hacia las asociaciones que luchan por dar soporte a enfermos y familiares de esta dolencia.


Apoyen a las asociaciones:
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