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El piso patera que el chef Ángel León pone para 16 becarios de su restaurante

▼ | De haber sido un restaurante chino se le llamaría mafia

▼ | Su restaurante tiene 2 estrellas Michelín, pero ¿cuántas estrellas tiene el alojamiento patera de sus aprendices?

▼ | Llegar a superchef pero ¿a costa de qué?

Ángel León, el autodenominado chef del mar, también se apunta a la lista de cocineros de éxito que se aprovechan de la situación de estudiantes en calidad de aspirantes a chefs, un cabreo bastante difundido en las últimas semanas que, aún siendo una explotación de antaño (trabajadores de la hostelería), se acentuó al conocerse la situación de becarios en el restaurante de otro chef-star, el de Jordi Cruz.
Según publica el diario El Confidencial, la situación de convivencia de los estudiantes que se desplazan hasta El Puerto de Santa María es desastrosa. 16 jóvenes metidos en un piso en que prácticamente solo hay literas (22), con varios desperfectos eléctricos desatendidos por este "capitán de barco". Leer artículo.
http://www.elconfidencial.com/espana/2017-05-07/becarios-michelin-stagiers-angel-leon-aponiente-piso-patera_1377591/

La cosa no solo queda ahí, sino que las molestias colaterales que sufren los vecinos de esa vivienda de 16 inquilinos no es para menos. Incluso el propietario del piso dice haber sido engañado y ha resuelto el contrato con la entidad del chef que gestiona este hacinamiento.
De haber sido un restaurante chino o uno de esos talleres clandestinos cuyos trabajadores inmigrantes viven en pisos patera, a esto lo llamaríamos claramente "mafia". El Aponiente, está valorado con dos estrellas Michelín, y es curioso pensar cuántas estrellas deberíamos poner al "hotel" que el concinero usa para alojar a sus pequeños currantes. ¿Dónde se dejan la calidad de vida de estos currelas?


Es pavoroso como además, el chef Jordi Cruz se justificaba ante las cámaras para decir que esta práctica de tener a aprendices de cocina durante horas trabajando duro pero sin cobrar ningún salario, es normal y necesario, porque de otra forma sería inviable. Inviable para hacerse de oro y poder comprarse un palacete, claro, de tener que pagar a todos sus trabajadores.
Esta élite de profesionales de la cultura gatronómica, parece no tener claro aún la conciencia de clase por la que, si sometes a un trabajador (sea becario o aprendiz) a labores de la profesión de la que sacas rentabilidad, debes remunerarles, por los horas trabajadas y por su valía (sí, ese plusvalía desaparecido en extrañas circunstancias). Pero claro, no le puedes pedir a un león que coma hierba, qué estupido he sido, su conciencia es de clase empresarial y no otra.

Quizás tengamos que hacer otra guía Michelín señalando a los restaurantes donde se sigue un modelo de explotación de trabajadores y aprendices, y pasar de estrellas a estrellados.

No caben excusas, persona que pela patatas, es persona que está trabajando. Págalo. Podrán decir que están en prácticas, podrán defenderse con que el convenio de los estudiantes les ampara, pero no se les cae la cara de vergüenza ni se atreven a decir que, en calidad de aprovechados y que como ellos no hacen la ley, la toman sin el complejo de sentirse en el deber de pagar a esos trabajadores.
Pongámonos en el pellejo: Si eres un profesional y te gusta que los clientes paguen tu trabajo con un menú de 200€, entonces ten la digna vergüenza de estar por encima de convenios que dejan sin salario a los aprendices, trabajadores al fin y al cabo, y remunera sus horas, por las que por cierto, en pequeño porcentaje, te cobras el plato de los comensales.



Desentenderse de este asunto, justificarse en que es otro fulanito quién hace la ley, es el modo sectario de no asumir que están aprovechándose de esa ley, porque de ser verdaderos profesionales, empresarios emprendedores, incluirían debidamente el marco laboral de estos jóvenes aprendices.
Hay que investigar en la cultura gastronómica, hay que indagar en la modernidad culinaria, hay que innovar en la cocina, pero eso sí, nada de mover un dedo por las condiciones de los trabajadores.
Para más inri, te sueltan que eres un privilegiado por estar a su lado en la cocina, cuando realmente los privilegiados son ellos al tener trabajadores gratis.

Ya no es solo que te llamen privilegiado por tener un trabajo, sino que eres un privilegiado por no cobrarlo. Es fantástica esta involución laboral. Cuadrilla de emprendedores que heredan la explotación, que como credo para empresaurios, confirman la regla para forrarse bien los bolsillos.

Parece que para ser alguien en el mundo de la cocina, tendrás que aguantar los insultos de David Muñoz, la carencia de salario en el restaurante de Jordi Cruz o dormir en un piso patera como de Ángel León.

Son expertos en cocina, en alimentos, en gestión de sus negocios, en sus restaurantes, pero cuando les hablas de los derechos del trabajador se les caen los naipes. No parece que hayan invertido ni una quinta parte del tiempo y esfuerzo que han usado por montar todo el tinglado. Curioso que no piensen en quienes de verdad, le van a dar riqueza. Este es un fragmento del programa televisivo LaSextaNoche en que el periodista Antonio Maestre da cuenta de ello al darle un lapsus al chef Sergi Arola.




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